Ana Camacho: La violencia doméstica el enemigo silencioso que debemos visibilizar

UNSPLASH

Desde Emprende 24, nos sumamos al compromiso de decir NO a la violencia doméstica. En esta entrevista, la psicóloga Ana Camacho, aborda este problema que afecta a millones de personas. 

Este grave problema de salud pública afecta a millones de personas alrededor del mundo y, a pesar de su prevalencia, permanece rodeado de tabúes y silencios. Camacho explica que la violencia doméstica no discrimina y puede ocurrir en cualquier tipo de relación, independientemente del género, orientación sexual, raza, religión o clase social. Se trata de un patrón de abuso que puede manifestarse de manera física, emocional, psicológica, sexual, económica o incluso tecnológica, causando un profundo impacto en las víctimas y sus entornos.

La especialista subraya que este fenómeno no es un problema aislado, sino un reflejo de desigualdades estructurales y normas culturales que perpetúan la violencia. Reconocer las múltiples formas de abuso es el primer paso hacia su erradicación. “No solo hablamos de golpes o insultos. El control financiero, el aislamiento social o el acoso digital son formas de violencia que también devastan a las víctimas”, destaca Camacho. Además, identificó el ciclo de la violencia doméstica, un patrón repetitivo que dificulta que las víctimas abandonen relaciones abusivas, y señaló la importancia de romper este círculo con apoyo profesional y social.

Durante la entrevista, la psicóloga compartió las denominadas “banderas rojas” que pueden indicar una relación abusiva. Entre ellas se incluyen el control excesivo, los celos irracionales, las amenazas y el aislamiento. Camacho insiste en la necesidad de estar atentos a estas señales para actuar a tiempo y evitar que el abuso escale. “La violencia no empieza de forma evidente; suele desarrollarse gradualmente, lo que dificulta que la víctima reconozca el peligro en el que se encuentra”, comenta.

El impacto psicológico de la violencia doméstica es profundo y duradero, afectando la autoestima, la seguridad emocional y la salud mental de las víctimas. Camacho hace un llamado a la importancia de la terapia psicológica como herramienta para sanar. “La intervención profesional puede ayudar a las personas a superar el trauma, recuperar su independencia emocional y reconstruir una vida plena”, señala. Terapias individuales, grupales y familiares son algunas de las opciones que pueden marcar una diferencia significativa en el proceso de recuperación.

Finalmente, Camacho enfatiza la importancia de la prevención. Desde la infancia, es fundamental promover valores como el respeto y la igualdad, además de enseñar habilidades como la comunicación asertiva y la empatía. Para los adultos, programas de intervención para agresores y recursos para las víctimas son esenciales para romper el ciclo de la violencia. “No podemos ignorar este problema. Hablar de él, actuar y buscar apoyo es clave para construir una sociedad más segura y justa”, concluye.